Plox.
Título: Plox.
Autor: Graciela Alicia Falbo.
Editorial: Alfaguara infante.
Los hermanos Grimm y su recopilación de historias, sin el pecado de verlas como infantiles (en el sentido denostativo que algunos les dan), quizás sean uno de los grandes referentes del tema del miedo en la literatura. Pero este tópico fue y siguió siendo recurrente, antes y después de esos relatos germanos, y en ese después se encuentra Plox.
Su tapa y su contratapa lo advierten: “De algunos televisores (sólo de algunos) brotan a veces extrañas nieblas verdes. Son iridiscentes, escurridizas y sumamente peligrosas. Conviene llamarlas Plox y mantenerlas bien encerradas. Basta el menor descuido para que el miedo crezca como una gelatina gomosa y se le pegue a uno en la garganta.” Y el protagonista de esta historia es Peque, un niño miedoso de diez años que tiene, además de uno de estos televisores, una hermana que se hace amiga de Plox, y unos padres para los que no existen los fantasmas ya que “son un invento de la gente ignorante”.
Creo que mi mayor miedo es no tener miedo a esta clase de seres, a la oscuridad, a cierto ruido en el medio de la noche, a un gato bajo la mesa, al espejo. A ser adulto. Y este tipo de libros bastan tanto para mantener entretenido a un niño como para que uno no se deje llevar por la razón.
Ahora, perdóneme señor lector, pero voy a ir a meterme debajo de las sábanas.
Ignacio Olguin.
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