La Esmeralda de Kazán
La Esmeralda de Kazán
Eva Ibbotson
Traducción de Patricia Antón de Vez
Salamandra, Barcelona, 2004
350 pp
Nunca soñó que despertaría en una habitación semejante y sabiendo que era la suya. Las paredes estaban cubiertas de tapices de brocado, oscuros y pesados, con escenas de batalla como las que el tío Emil le había mostrado en el museo, para explicar los movimientos de los caballos lipizzanos. En una pared había dos espadas cruzadas; una mesa con sólidas patas talladas y una silla de alto respaldo tapizado en cuero en el centro del dormitorio, y el cabezal de su enorme cama tenía grabadas figuras con casco que pisoteaban a otras figuras a las que se les había caído el casco.
Pero algunas cosas la sorprendían. Las alfombras se veían gastadas, las cortinas estaban raídas y los bastidores colgaban torcidos. La estufa de azulejos se había apagado, o quizá la noche anterior no la habían encendido; cuando puso los pies en el suelo, los dedos se le encogieron de frío, y había zonas desnudas y descoloridas en las paredes, donde al parecer habían descolgado algunos cuadros.
Eva Ibbotson, austriaca de origen, reside desde hace unos años en Inglaterra y escribe novelas para lectores jóvenes, caracterizadas por el humor, la sátira social y un punto de locura muy divertido. Esta es quizá su novela más compleja y más completa, las más moderada (y a la vez la más cargada) en la sátira social, y la más honda de contenidos. Además, tiene una trama muy bien trabada, que comienza despacio y se va acelerando hasta que no puedes soltar el libro. Calcula bien: si llegas a la página 100 a las 12 de la noche, esa noche dormirás poco...
La historia se sitúa en la Viena y la Prusia de fines del imperio, antes de la primera guerra mundial. Hay muchos guiños a novelas clásicas, de héroes abandonados que crecen en ambientes más o menos difíciles y deben superar los problemas apoyándose en los amigos. Annika, la protagonista (de una novela en la que el protagonismo es compartido; una novela en cierta medida coral, como suele decirse) es abandonada en el interior de una pequeña iglesia y acogida por dos amables cocineras. Aunque crece contenta, sueña con que algún día, una mujer noble y hermosa se presente en la casa diciendo que es su madre y viene a corregir su error. Y de pronto, así sucede: la gran señora Edeltraut Von Tannenberg llama a su puerta...
Pero van a sucederse los misterios y los hechos extraños. No todo es lo que parece ser, y no todo lo que parece ser es así en realidad... Parte de los enigmas se resuelven a lomos de un caballo; y otra parte, con tres profesores estrafalarios que se montan en un tren hacia el norte, detrás de una de las cocineras, y cargando un arpa descomunal. Annika termina mojada y feliz, arrojando flores desde la gran Noria del Prater.
¿Y de verdad no lo vas a leer? ¡Yo creo que ya tardas!
Etiquetas: 10 a 14 años, 14 a 18 años, amistad, darabuc, Eva Ibbotson, humor, misterio
7 Comments:
Me tentaste amigo Darabook, intentare conseguirlo.
si esta muyyy tentador..por que será que la culltura anglo sajona tiene esa "tenadora" aura de magia y misterio que tantooo atrae.!!
salu2
Gracias por la referencia, Darabuc, lo anoto... mejor voy a por el libro para mi hija mayor (y para mí); hay algo más con lo que vivir el misterio en la literatura aparte de Harry Potter o Memorias de Idhún, que me la enganchan.
Un beso
Hola, Ana, toda la Ibbotson (que conozco) vale la pena. Este es su libro más maduro, creo, y menos loco; quizá el más apto para adultos, sin que pierda fuerza para los adolescentes. El de Maia es muy majo y aventurero. Y Una misión monstruosa es un disparate muy divertido.
Gracias también a los dos comentaristas anónimos.
Yo ya me lo he leído me encanta y lo recomimendo
Gracias, Marta.
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