Margarita o El poder de la farmacopea (Adolfo Bioy Casares)
Para los que no me conocen, además de ser escritor, en mis ratos libres también intento ser músico. Es un hobby, pero como todo no deja de tener un sueño detrás. Siempre hay un “ojalá que...” o un “cómo me gustaría...”, lo que se podría considerar como triunfos. Pero la lectura de este cuento me llevó a pensar en una utópica situación que no sé si es un triunfo o no: hacer una canción que cree tanto furor y que sea tan, pero tan escuchada que todos queden sordos. ¿Es gracioso o es angustiante? ¿Me debería poner feliz o triste?Cuál es el límite para que un triunfo deje de serlo parece ser la hipótesis del gran Bioy en esta fantasía menor de tres que se encuentran en su volumen de relatos “Una muñeca rusa”. El protagonista, “al que todo le sale bien”, es un jefe de laboratorio plagado de éxitos, pero cuyo mayor logro fue entrever la fórmula del tónico Hierro Plus, con la que salvó la vida de Margarita, su pobre nieta que, dada su inapetencia, parecía que iba a morir en cualquier momento. ¿Un triunfo? Dejo pasar las líneas y al finalizar este cuento de fino humor negro me pregunto hasta qué punto lo es.
Triunfos o no triunfos. Me hace acordar al cuento de ese viejo ciego al que le fue dado el gran honor de ser director de la Biblioteca Nacional, más precisamente hasta 1973.




